Muchas personas que intentan dejar de fumar se encuentran con el problema de la ansiedad. Es algo con lo que la mayoría no contaban y que les genera grandes problemas, porque ven que peligra el éxito de su intento. No pocas acaban claudicando ante la ansiedad y vuelven a fumar.
Pueden tomarlo como una maldición, como un mal inevitable y autoculparse por ello. Es una manera de afrontar lo que ha ocurrido.
Pero, si estás en esta situación, quiero darte una buena noticia: aquí tienes una pista muy importante de la función que el tabaco tiene para ti, ya que muchas personas usan el tabaco como ansiolítico.
Y aunque lo veas como un obstáculo insuperable, también lo puedes ver como una gran oportunidad para seguir ganando competencias que te permitan navegar exitosamente en la ruta de «dejar de fumar»
Si este descubrimiento lo ves como un regalo, cambiará tu estado de ánimo y podrás enfocarte mejor en ir superando este obstáculo de otra manera.
Existen muchas técnicas para trabajar la ansiedad específica por no fumar. Unas son más fáciles de hacer, otras requieren un poco más de práctica y acompañamiento.
Por solo mencionar una, «La Relajación muscular progresiva de Jacobson».
Es una de las técnicas de relajación más poderosas y con importante respaldo científico.
Se basa en entrenar tu cuerpo para que aprenda a detectar las zonas de tensión muscular y sea capaz de generar una respuesta automática de relajación.
Se puede practicar en todo el cuerpo o solo en una parte.
Se suele comenzar por la cabeza, después el cuello, la espalda, la zona lumbar, el abdomen, las extremidades superiores, solo por poner un ejemplo.
Lo que sí se sabe es que seguir una secuencia lógica es mucho más efectivo que hacerlo desorganizadamente.
Si crees que necesitas profundizar en tu habilidad para relajarte, no dudes en preguntarme por mis talleres de técnicas de relajación.
